Muchas veces tendemos a poner nuestra atención en aquello que no tenemos, y eso, o nos lleva a quedarnos ahí, quejándonos de lo que no tenemos, o nos lleva a movernos a buscar aquello que no tenemos y decimos querer.

¿Y si… por un momento dejamos de quejarnos de lo que no tenemos? ¿y si… por un momento dejamos de correr a buscar afuera lo que decimos que queremos?

¿Y si… nos ponemos a buscar dentro de nosotros?

Si nos observamos profundamente podemos darnos la oportunidad de descubrir en nosotros cosas que antes no vimos o no reconocimos, podemos darnos cuenta que somos capaces de muchas más cosas de las que creemos, que somos capaces de hacer mucho más de lo que hemos hecho hasta hoy y, sobre todo, que podemos hacer cosas diferentes de las que venimos haciendo.

Reconociéndonos, podemos sorprendernos a nosotros mismos, porque vamos a descubrir cosas nuevas, cosas que antes ni se nos hubieran pasado por la cabeza.

Todos somos especiales, cada uno de nosotros es único y tiene algo particular que hacer, algo particular que dar, y ese algo, nadie más que tú, lo puede dar.

El mundo está lleno de personas con habilidades, pero muchas de ellas no las usan o no hacen nada con ellas porque no saben que las tienen, de hecho, no tienen ni idea.

No han entrado en sí mismas para verse, para conocerse, para REconocerse, que no es más que darse la oportunidad de volverse a conocer, pero esta vez de una manera distinta, desde un hoy que integra todo el camino andado, todas las experiencias vividas y todo el aprendizaje que en ellas hemos encontrado.

Todo lo que tienes está dentro de ti esperando a ser descubierto, porque la vida no se trata de lo que tienes, sino qué haces con eso que tienes. Tampoco se trata de estar listo, sino de estar dispuesto.

¿Estás dispuesto a ver qué hay dentro de ti y descubrir cuáles son las habilidades con las que cuentas para crear aquello que quieres crear?