¿Quién es una persona fuerte?
En estos días tuve una conversación con una chica que me comentaba que recientemente un familiar había trascendido, me decía que le dolía, pero a la vez me lo contaba como si estuviera relatando un cuento o algo que le había pasado a otra persona, me llamaba la atención el esfuerzo que ponía en que no se note su dolor.
Al comentarle lo que observaba en ella, y decirle que estaba bien que si tenía ganas de llorar lo hiciera, se soltó a llorar, y cada vez más, era un llanto del alma, muy profundo, yo simplemente estaba ahí, dándole el tiempo para que saque todo lo que por fin se estaba permitiendo sacar.
¿Curioso no? regularmente interrumpimos el llanto de otra persona, nos esforzamos para que no llore, o le decimos “no llores más”, cortando la liberación de lo que está sintiendo en ese momento.
Cuando pudo hablar me dijo que se sentía muy liberada ya que no había podido sacar lo que sentía, que ella no se podía permitir expresar de ninguna manera, ni con palabras, ni con llanto, este dolor que sentía internamente porque ella era la “fuerte” de la familia, era la persona en la que la familia se apoyaba, que veían como un referente ante la calma, por lo cual, la buscaban para obtener consuelo.
Había crecido así, creyendo que era la fuerte, y que ser fuerte era no llorar ni expresar su dolor, y con su conducta, reforzaba cada vez más esa creencia, para convencerse ella misma y seguir convenciendo a los demás de su fortaleza.
Y en esta ocasión todo fue distinto, pudo ser honesta con ella misma y conectar con ese dolor que estaba ahí por más que intentaba demostrar que no estaba, ahogando sus lágrimas. Le costó mucho porque al principio lloraba y repetía: “yo no puedo llorar” hasta que, se permitió sentir, y dejó que las lágrimas salieran.
Ahí se me empezaron a venir muchas preguntas a la cabeza como: ¿qué significa ser fuerte? ¿Qué nos dice la sociedad? ¿Qué nos dice la familia? ¿Qué nos dicen los amigos? ¿qué es lo que nos hace fuertes? Y de alguna manera está la creencia de que si lloras es porque no eres fuerte, nos dicen que no hay que llorar o si alguien está llorando nos incomoda, nos preocupa a tal punto que queremos que pare y lo tratamos de sacar de ese estado, incluso lo hacemos con nosotr@s mismos, buscando distracción.
Y es una respuesta natural porque no queremos ni sentirnos mal, ni que la otra persona esté mal. Sin embargo, también es natural sentirlo, y es natural expresarlo, y es natural liberarlo para poder realmente sentirte y estar mejor.
Si no nos permitimos llorar, aun sintiendo las ganas, ni nos permitimos conversar y expresar aquello que nos duele, vamos acumulando un dolor tras otro, intensificándolo, y cuando nos damos cuenta estamos inmersos en una profunda tristeza, y muchas veces no sabemos ni por qué, o no las conectamos con estas situaciones porque creemos que pasaron hace mucho tiempo.
Y hay una gran sobrecarga en ese dolor, ya que no sólo cargo con la tristeza de la pérdida que he vivido, con el extrañar a la persona y adaptarme a la nueva situación, sino que, además, cargo con mi silencio y con la presión que me da tener que aguantar y callar lo que siento.
¡Cuántas veces nos callamos las cosas! porque creo que, si yo demuestro lo que siento, las personas van a pensar que estoy mal o que voy a entristecer y preocupar a mis familiares o personas cercanas, y lo callo haciéndome daño, y peor aún, creyendo y autoconvenciéndome que eso es ser fuerte.
Y vuelve la pregunta: ¿Qué es ser fuerte?
Cada quien tendrá su propia definición acerca de lo que es ser fuerte, pero definitivamente ser fuerte NO es NO llorar, NO ES NO expresar lo que realmente sientes, NO es NO sentir, NO es desconectar de lo que realmente estás sintiendo.
Así que quiero hacerte una invitación a que hagas un repaso de las situaciones que has pasado o que estás pasando en este momento y te preguntes cómo realmente te sientes frente a eso y seas honest@ con la respuesta.
Es una invitación a sentirte, a observar qué es todo eso que hay dentro de ti, permitirte experimentarlo para poderlo liberar.
Y si, con ese liberar, se liberan también lágrimas que estaban ahí contenidas, es perfecto. Estás conectando contigo, conectando con lo que realmente sientes y permitiéndotelo sentir y eso es una muestra de amor grandísima hacia ti mism@, es un abrazo a tu alma.