¿Enamorados o encadenados?

¿Estamos enamorados o encadenados?… Ufffff, ¿Qué pregunta no?…

terapia regresivaY es para todas aquellas personas que NO se sienten bien con su pareja actual, que sienten que no complementa su felicidad, pero que aun así mantienen la relación con esa persona.

Y ¿por qué mantenemos relaciones así?, ¿nos damos cuenta? Yo pienso que en algún punto por supuesto que nos damos cuenta, nuestro sensor interno nos dice que algo no anda bien, pero no nos escuchamos, nos desconectamos de nosotros mismos y seguimos alargando nuestras relaciones, porque aceptar que algo anda mal implica responsabilizarme y hacer algo para cambiarlo… y empezamos a contarnos historias que ni nos las creemos, nos inventamos excusas que tienen muchas formas, pero un fondo común y es que nos da miedo.

Sí, miedo, miedo al cambio, a aceptar que las cosas no funcionaron, que la gente de afuera se de cuenta que mi relación no es tan feliz como se ve en las fotos que cuelgo, miedo profundo a buscarnos, a vernos y preferimos seguir distrayendo nuestras miradas en el otro y echándole la culpa de nuestra infelicidad.

Miedo profundo porque juré en una iglesia que sería hasta que la muerte nos separe. Pero ¿qué pasa si seguimos vivos y siento que no puedo ser yo misma, o me golpea, o me es infiel, o me miente o hace cosas que simplemente no quisiera tener que forzarme a aguantar? ¿Acaso en el juramento dije que también aguantaría aunque ya no sienta lo mismo, aunque me golpee, aunque me sea infiel y aunque me mienta? Nadie se casa pensando que eso va a pasar, usualmente las personas se casan enamoradas, ilusionadas y dispuestas a lograr que el matrimonio funcione, pero ¿qué pasa si no?, ¿si en el camino cambié o cambió?, las personas no somos fotografías que perduran en el tiempo tal y como cuando se tomaron y creo que pierde sentido tomarlo como una obligación porque hace “x” cantidad de meses o años, cuando no sabía lo que cada uno haría, juré que estaría, sin importar lo que pasara, al lado de la persona que también juró otras cosas que no cumplió.

Y esto, está pasando con cualquier tipo de relación “amorosa” más allá del matrimonio, pasa con parejas, que aunque no juraron ante Dios en una iglesia, se inventan motivos para mantenerse al lado del otro aunque ya no sientan lo mismo, aunque la sonrisa quedó atrás hace bastante tiempo, pero con las que prefieren estar porque el miedo de no saber qué pasará les paraliza, porque les da vergüenza qué dirán sus familias o sus amistades, porque hemos aprendido a llenarnos de excusas para seguir alargando relaciones disfuncionales con tal de no estar solos, de no vernos, de no cuestionarnos qué es lo que realmente queremos.

Y con cada miedo… somos nosotros mismos los que nos vamos encadenando… encadenando a una relación por miedo a soltar, y al no soltar, no vamos a recibir algo diferente, cualquier relación de amor, de amor en su esencia más pura y no desde el miedo, me parece un viaje maravilloso, siempre que nos siga llevando a lugares desconocidos, siempre que nos sume y no nos reste (así encontremos situaciones a resolver), siempre que nos siga sacando sonrisas, siempre que complemente nuestros objetivos de vida, nuestro sentimiento de paz, de tranquilidad, de crecimiento y de felicidad personal, siempre que siga siendo afín y sobre todo, siempre que siga siendo en total y absoluta libertad.

¿Estás en una relación por amor, por decisión, por convicción y en total libertad? Si es así, me parece increíble y espero que tu pareja siga complementando tu crecimiento personal y tu felicidad… y si no es así, te invito a que te preguntes ¿qué te tiene al lado de esa persona?, ¿sientes que complementa y es afín a tu plan de vida?, ¿hay libertad, independencia y apoyo en sus decisiones?, ¿de ti depende tu felicidad?, ¿quieres que la vida pase sin que tu logres verte por estar viendo a otra persona y viviendo en función de ella?, ¿estás sacrificando o negociando tu felicidad?… Y una última pregunta: ¿Te sientes enamorado o encadenado?

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: