“Disfruta tu viaje”

Imagina por un momento que la vida es un viaje… y como tal, sabes que está llena de experiencias, sorpresas y sobre todo de elecciones.

¿Qué es lo que haces cuando quieres viajar? Ahí empiezan tus elecciones. Te empiezas a preguntar ¿a dónde voy a ir?, ¿voy a ir con alguien?, ¿con quién disfrutaré más este viaje?, ¿qué necesito llevar?, ¿qué pondré en mi equipaje?

Ves las opciones que tienes y según eso vas eligiendo, entendiendo que elegir a dónde vas, con quién y qué llevas, también es elegir a donde NO vas a ir, con quién NO vas a ir o qué NO necesitas llevar a dónde vas.

Es importante cada una de estas elecciones, porque a dónde vas depende de lo que quieres o puedes hacer ahí, con quién vas te permitirá disfrutar más, o menos el viaje, y elegir bien qué vas a llevar te permite evitar llevar peso innecesario.

Ahora quisiera hacerte una pregunta: Para ti ¿cuándo empieza el viaje?

¿En el momento que decides viajar? ¿en el momento que sales hacia el lugar? o ¿en el momento que llegas al lugar al que vas?

Lo más importante de todo, es que este viaje que te estás imaginando es tuyo, es el viaje de tu vida, por lo tanto, lo que pasa en él, es tu elección.

¿Ya sabes a dónde quieres ir? Porque no saber a donde quieres ir es como subirte a un taxi y decirle que te lleve a algún lugar, pero no le das una indicación clara, si el conductor arranca, te llevará a donde el cree que es y no necesariamente será donde tu querías llegar, y como no será lo que tu querías, no te va a gustar y probablemente te vas a quejar, pero ¿cómo puedes quejarte del lugar en el que estás, si no diste la indicación a donde querías ir?

Y ¡cuántas veces hacemos eso! Dejamos en manos de “otros” nuestro destino y vivimos quejándonos de que no estamos donde queremos estar, pero no nos damos cuenta que nuestras elecciones o NO elecciones previas son las que nos han llevado ahí.

¡Cuántas veces nos quejamos del conductor del taxi por habernos llevado hasta ahí, para no responsabilizarnos de que fuimos nosotros los que no sabíamos o no teníamos claro a dónde queríamos llegar! Si no digo a donde quiero ir, llegaré a cualquier parte.

Así como en el ejemplo del taxista culpamos al conductor, en nuestra vida ¡cuántas veces culpamos a los demás! A nuestra mamá, a nuestro papá, al tío, al profesor, al jefe, al hermano, al padrastro, a la pareja, y nos pasamos culpando, culpando, culpando, porque nos cuesta asumir la responsabilidad de que somos nosotros el chofer de este carro que vamos conduciendo en este viaje que llamamos vida.

Quiero que recuerdes eso, que recuerdes que eres tú el que puede tomar el timón de tu propio vehículo, que eres solamente tú el único o la única responsable de la dirección que le das, y que, tener esa responsabilidad ES UN REGALO, te da la oportunidad de decidir tu propio destino, la ruta que tomas, ser flexible y cambiar cuando así lo sientes, puedes elegir un lugar y si te das cuenta que no es por ahí, también puedes cambiarlo e ir a otro.

Lo más importante en este viaje es que elijas el lugar al que quieres ir, que sepas que tu viaje empieza desde esa elección que puedes tomar hoy mismo, así que, disfruta mientras lo vas recorriendo, porque mientras lo recorres todo ya está sucediendo, y este viaje, comienza con una elección cada día, porque todos los días puedes volver a elegir

Disfruta de tu viaje, disfruta ese regalo.

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